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jueves, 2 de febrero de 2012

Somewhere over the death. Segunda parte.

Ya está!!! Hecha por Marina:
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Miré mi reflejo en el espejo, los vaqueros pitillo marcaban mis delgadas pero largas piernas, una camisa  azul marino ocupaba mi torso, y en los pies, unas Vans del mismo color hacia resaltar el azul de mis ojos, que brillaban con una chispa de emoción, me aparté un mechón de pelo de la frente y bajé al comedor.
Las sillas estaban en perfecto orden alrededor de la mesa, los platos estaban en su sitio, la tele, apagada, con todos los mandos dispuestos en un perfecto orden de tamaño. Suspiré, mi familia siempre había sido maniática del orden, abrí la pesada puerta marrón y la cerré tras haber salido.
¨Acuérdate cariño, antes de las 12:00 en casa¨
Las palabras de mi madre retumbaban en mi cabeza, quien iba a pensar que yo, Nathan, uno de los chicos menos populares había sido invitado a la fiesta del siglo. Pero, mas tarde lo pensé mejor, todo el mundo había sido invitado. En realidad, yo en esa fiesta no pintaba nada, ni siquiera quería ir, pero todo el instituto iría, y si yo no lo hacía…no quería saber cuales serian las consecuencias. Mis pies caminaban hacia la casa de donde provenía la música,  incluso a varias manzanas se oía el jaleo.
Cuando llegué, varias carpas estaban montadas en el jardín de la enorme casa, me giré, como no, la P-C, estaba a rebosar de gente, la música me hacia daño en los oídos, pero a los minutos me acabe acostumbrando.
Me acerqué a empujones a la mesa de bebida, y me serví un poco de ponche.
-¿En serio lo quieres beber? Estoy seguro de que tiene medio litro de vodka.
Volví la cabeza, Kye, uno de mis mejores amigos me sonreía desde lo alto que era, antes de saludarle deje el vaso en la mesa, con la esperanza de que eso no tocara mis labios.
-¿Desde cuando llevas aquí? Le pregunté.
-Desde que esto empezó.
-¿Y?
-Bah, no he visto a tu amiga Tamara por aquí, pero no me hagas mucho caso, esto se ha llenado de gente en menos que canta un gallo, lo que sí sé, es que las ¨populares¨ han llamado la atención mas de una vez…
Se corto y acerco su boca a mi oído.
-Y la mitad están borrachas.
No pude contener una risita, estaba seguro de que no eran las únicas que no estaban sobrias. La gente de mí alrededor se tambaleaba como si el mundo diera vueltas mas rápido de lo que lo hacía.
-Bueno, voy a dar una vuelta Kye.
Y efectivamente, estaba en lo cierto, una chica me persiguió durante media hora preguntándome si quería cerveza, otra, me confundió con Zac Efron (¿¡Que tengo yo de Zac Efron!?) y un chico casi me da un morreo, pensando que era su novia.
Cuando llegué al centro de la carpa P-C, pude diferenciar a Sandra bailando con la gente a su alrededor, no pude evitar marcar el ritmo de la música con los pies, hasta que mi cuerpo empezó a moverse.
Miré el reloj, ya eran las 12:00, el tiempo se me había pasado volando, y desgraciadamente no había podido hablar con Tamara, caminando como pude entre la gente, llegue hasta Kye, me despedí de él y me fui de aquella locura.
Estaba caminando por la acera, con las manos en los bolsillos y sumido en mis pensamientos, cuando un escarabajo verde familiar paso a mi derecha. Me giré, era mi hermano mayor, Lain, me mando una sonrisa cómplice y me dijo:
-¿Te llevo?
Rodee el coche y entre por la puerta del copiloto, el coche arrancó y fue calle abajo.
-¿Qué tal la fiesta?
Miré a mi hermano.
-Normal.
-¿Normal? Por favor Nathan, que soso eres. ¿Ninguna chica?
Suspiré, no iba a contarle lo de Rossana.
-No Lain -Mentí-
Mi hermano resopló.
-Yo a tu edad tenía una cola de chicas detrás de mí.
Los ojos azules  de mi hermano brillaron.
-¿Y?
-Que tú nunca triunfarás hermano.
Antes de poder reprocharle nada oí los gritos de una chica, me giré, veía una cosa borrosa, guiñé los ojos con la esperanza de ver algo mejor, era… ¿Rossana? Un pequeño cosquilleo empezó a habitar en mi barriga, ¿Qué pasaba?
-Lain para.
Rossana se acercó corriendo al coche, y al verme se sorprendió.
-Yo…lo siento, creía que se trataba de otra persona.
Miré a mi hermano, los ojos se le encendieron.
-¿Quieres venir? ¡Tranquila! ¡Yo voy a patita!
Disimuladamente le mandé un pisotón a mi hermano.
-Además, Nathan esta aprendiendo a conducir, bueno, ya casi sabe mejor que yo.
-No de verdad –respondió ella- no hace falta.
Pero mi hermano con lo cabezón que era y con mi plan de futuro, no iba a dejarse concienciar.
-¡Sube, sube!
Ni siquiera le dio tiempo a la pobre Rossana de recapacitar porque la metió en el coche directamente, me tapé los ojos con las manos mientras mi hermano me arrastraba hasta el asiento del conductor, no sin antes decirme que aprovechara.
Cuando mi hermano se alejó, puse la mano en el contacto por un acto reflejo,pero la aleje tras pensármelo mejor, durante varios segundos, el coche se quedo sumido en el silencio, Rossana tenía la vista fija en el dobladillo de su vestido, al parecer, bastante interesante.
-Rossana, si es que…
-¿No sabes conducir verdad?
-Exacto…
Rossana soltó un pequeño resoplido.
-Si quieres -continúe- te acompaño.
Rossana me miro.
-Bueno, a caballo regalado, no le mires el diente, pero tengo prisa, puede que me descuarticen si no llego a tiempo.
Salimos del coche, lo cerré  con llave y camine junto a Rossana a paso ligero por la acera.
-¿Porque alguien que se sale del molde lo tacháis de ”ratito”?
Desde  que las palabras salieron de mi boca me arrepentí de haberlas dicho.
Rossana me miro como si no supiera de lo que estaba hablando.
-¡Si ya sabes! Si no es popular,  atlético, o rico, ¡No le hacéis caso! Sin siquiera conocerlo…
Rossana me miro enfadada:
-Eso no es verdad.
-¿Seguro? ¿Has intentado conocerme?
Rossana negó con la cabeza.
- ¿Y cuantos años llevo compartiendo clase contigo?
De nuevo Rossana negó con la cabeza.
-¡Toda mi vida!
Empecé a relajarme, había soltado todo lo que   hacia falta, ahora faltaba disculparme.
-Yo… ¡Oh lo siento!
Rossana se quedo callada, yo agache la cabeza  ¿¡Quien me mandaba a mi a decir lo que pensaba!?
Cuando giramos la calle (en silencio) un clima extraño nos rodeo, el ambiente se volvió oscuro y frío, dando paso a un miedo desesperante.
-¿Que pasa? Me pregunto Rossana mientras le castañeaban los dientes.
No le respondí, me limite a mirar en la lejanía, una casa, de aspecto muy siniestro, pintada con un liquido negro que se estaba cayendo, telarañas y de aspecto muy descuidado se alzaba a unos metros de nosotros.
-¿Esa casa…-intente coger aire,costaba respirar- estaba antes?
Rossana no me contesto, pero yo ya sabia la respuesta.
Ahora, estamos plantados frente a la puerta, con la horrible (y sinceramente, algo siniestra) idea de entrar en el terrorífico hogar, pero he de decir, que no estamos solos, Sawn y Tamara (para mi sorpresa) están a nuestro lado.

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